Helm


El Observador, el Vigilante

Deidad intermedia

Símbolo: Ojo abierto con la pupila azul sobre un guantelete de guerra alzado.
Plano natal: Casa de la tríada.
Alineamiento: Legal Neutral.
Ámbito: Guardianes, protectores, protección.
Adoradores: Exploradores, guerreros, guardias, mercenarios, paladines.
Alineamiento de los clérigos: LN, LB, LM.
Dominios: Fuerza, Ley, Protección.
Arma predilecta: “Siempre Atenta” (espada bastarda).
Colores eclesiásticos: Gris acero y rojo.

Helm es el guardián definitivo, el centinela siempre vigilante que no per-mite que nada comprometa su labor. A veces considerado frío y sin emociones, tiene la apariencia de un hombre gigantesco en armadura completa. En realidad, Helm es simplemente alguien que impone una disciplina férrea y se dedica con dureza inquebrantable a la tarea elegida. Les tiene mucho cariño a los niños, y es más tolerante con sus infracciones menores que con las de cualquier otro. Muchos creen que Helm daría su vida para proteger a alguien que haya sido confiado a él, aunque el dios permanece en silencio al respecto. La iglesia de Helm fue vista en el pasado como un bastión de estabilidad y seguridad en el con frecuencia peligroso norte. Sus miembros eran altamente respetados por su dedicación a la defensa de la civilización frente los peligros de las tierras salvajes y los monstruos de las profundidades. No obstante, durante los últimos 14 años han disminuido enormemente en cantidad e influencia. Helm cumplió su labor con toda dedicación y sin falta alguna durante la era de los Trastornos, pero tuvo un papel como confinador de las atros deidades en Farûn. La muerte y destrucción que resulto de la Crisis de los avatares le ganó al Vigilante y sus seguidores una gran cantidad de enemistades entre. los miembros de otras fes, especialmente las de Mystra, Bane y Torm.

En el sur papel de Helm durante la era de los Trastornos no fue visto de un modo tan poco favorable como en el norte, pero acontecimientos recientes han continuado mancillando el nombre del dios y su clero. Están empezando a llegar noticias a Faerûn de las actividades de la iglesia en la lejana Maztica: La brutal y absoluta subyugación ti la población nativa y la expoliación de las riquezas de la verdeante tierra. La iglesia está sólo comenzando a recuperarse gracias en gran medida a la necesidad de guardianes hábiles para defenderse contra el creciente poder del mal.

Los clérigos de Helm rezan para sus conjuros por la mañana, justo después de levantarse, o justo antes de retirarse por la noche. Su único día sagrado es la Ceremonia en honor a Helm, que tiene lugar en la Cumbre del escudo. La mas importante de las ceremonias sagradas mayores de los Helmitas son la Consagración de un postulante, que confirma al buscador como miémbro del clero, y la Consagración de un Glymtul, que dedica un objeto especial al servicio de Helm (Glymtul es una antigua palabra para "objeto predilecto"). Otras ceremonias de importancia son la Purificación y la Vigilia sagrada. La Purificación es una renovación de la fe llevada a cabo por aquellos que regresan a la fe o expían una flaqueza en la vigilancia, la lealtad o la adoración. La Vigilia sagrada marca la ascensión de un clérigo a un rango superior. Es una ceremonia que ocupa toda una noche y prueba la fuerza de voluntad del candidato, cuya arma es hechizada con un conjuro de levitar por un clérigo de mayor edad mediante un ritual mágico, la concentración del candidato la mantiene flotando. Los clérigos de Helm nunca comandan muertos vivientes, aunque los clérigos malvados pueden reprenderlos. La mayoría de las veces se hacen multiclase como guerreros o paladines.

HISTORIA Y RELACIONES

Helm siempre ha soportado una pesada carga, simbolizada por su omnipresente armadura. Como centinela eterno sabe que el fin del mundo llegará inevitablemente durante su turno de guardia. Sin importarle, sirve sin queja alguna, dispuesto a hacer cualquier sacrificio para proteger lo que tiene a su cuidado. Por ello Helm se opone implacablemente a las Maquinaciones de Bane, Cyric y Shar, cuyos insidiosos planes amenazan eternamente a Faerûn. También lucha contra la furia desenfrenada y los impulsos destructivos de Garagos y Talos en todo momento. Helm no se entretiene con los latrocinios o chanzas de Mask, viendo al señor de las Sombras simplemente como otra amenaza que derrotar. De las deidades de alineamiento bueno solamente Torm comprende realmente la inquebrantable responsabilidad de Helm y de los que están a su cargo. Las relaciones entre la Furia leal y el Vigilante son fuertes, suficientes como para que las dos iglesias hayan comenzado a regañadientes a cerrar la brecha entre ambas, siguiendo los mandatos de sus respectivos dioses.

DOGMA

Nunca traiciones la confianza depositada en ti. Permanece alerta. Mantente en pie, espera y observa cuidadosamente. Sé justo y diligente en el cumplimiento de tus órdenes. Protege a los débiles, pobres, heridos y jóvenes, y no los sacrifiques por otros o por ti mismo. Anticípate a los ataques y prepárate. Conoce a tus enemigos. Cuida de tus armas para que puedan realizar la labor que les corresponde. La planificación cuidadosa siempre acaba derrotando a las acciones precipitadas. Obedece siempre las órdenes cuando éstas sigan los dictados de Helm. Demuestra excelencia y una lealtad pura en tu papel como guardián y protector.

CLERO Y TEMPLOS

El clero Helmita cree que puede recuperar el justo poder de Helm mediante solamente la demostración de excelencia en la vigilancia y una lealtad pura. En su papel de guardianes y protectores se han dedicado a entrenar a guardaespaldas en todas partes y han extendido el mensaje de que sólo los adorares de Helm, puestos a prueba por el Vigilante, son realmente de confianza. No obstante, la iglesia de Torm recibe estas declaraciones con frialdad, lo que asegura que el verdadero acercamiento entre las fes todavía tardará en llegar.

Los templos de Helm son siempre edificios imponentes, construidos pensando solamente en la defensa. Muchos son abadías fortificadas situadas cerca de zonas peligrosas y malvadas, donde forman una línea de defensa frente a la invasión de poderosos enemigos. Las ciudades principales normalmente tienen un templo o santuario a Helm, ya que sus clérigos son excelentes guardias o líderes de guardias. Donde quiera gire estén situados, los fieles de Helm vigilan sus lugares de culto incesantemente. Un tipo de guardián frecuente son los observadores, una raza de contemplador más pequeña, lo que enfurece a la iglesia de Bane y sus aliados contempladores. En el corazón de los interminables barracones, armerías y capillas de entrenamiento está el altar central, que siempre es un maciza armadura completa, Todas estas armaduras son reliquias sagradas, llevadas en su tiempo por alguno de los campeones más estimados de Helm. Todos los que piden asilo son bienvenidos dentro de un templo de Helm, pero si son acusados de un crimen deben someterse voluntariamente a las leyes de la tierra y su justicia, ejecutadas de manera completamente legal. A pesar de sus riesgos muchos aceptan esta condición, ya que los seguidores de Helm siempre se aseguran que el acusado reciba un juicio justo.

Los clérigos de Helm llevan brillantes armaduras competas sin ninguna mancha (a veces con la propiedad de "siempre brillante") y yelmos que dejan el rostro al descubierto, algunos con una cimera de plumas. Pueden adornar su armadura con capas rojas y tabardos de un gris acerado, y estas prendas (o la propia armadura) pueden estar decorados con el Ojo que nunca duerme en el centro, tanto de la espalda como del pecho. En las regiones del sur, el clero Helmita a veces lleva elaboradas armaduras completas adornadas con gemas y trabajadas con filigranas de oro, que acentúan los grandes ojos dorados situados en el centro del pecho y espalda de la armadura. En las zonas donde los clérigos con pesadas armaduras son mal vistos, esta se reduce a un juego de pesadas hombreras y el yelmo, siempre presente.

La iglesia de Helm está organizada con una estricta jerarquía militar, y cada miembro de la fe puede determinar fácilmente su rango relativo a los demás. En los siglos pasados todas los miembros de la fe informaban en última instancia a un único Observador supremo, pero no ha habido un pontífice de la fe desde el año del Yelmo vigiliante (992 CV). Se susurra, siempre lejos del alcance de los helmitas, que la contaminación de la corrupción se extendió entre los más ancianos del clero del Vigilante en esa era, y que, el propio dios vino para castigar a aquellos que habían traicionado su sagrada confianza. En los siglos desde esa purga en la fe la iglesia de Helm ha sido dirigida por el Concilio de yelmos, una asamblea de los miembros más ancianos de a la fe. La principal de todas sus obligaciones es estar siempre vigilantes contra la posibilidad de que la corrupción se extienda entre sus propias filas, una práctica que se ha mostrado efectiva en arrancar de raíz insidiosas amenazas contra la fe.

Muchas abadías Helmitas mantienen poderosos ejércitos, eclesiásticos o hacen de mecenas de órdenes de guardianes. Los Compañeros de la única visión verdadera es una orden de cruzados clérigos de Helm y guerreros, cuyos miembros son conocidos por una lealtad absoluta. Sus tropas de choque han seguido órdenes de entrar en combate contra los más difíciles objetivos sin dudar y han mantenido las posiciones más duras en las situaciones más-desesperadas. Sin embargo, recientemente miembros de esta orden, muchos de tos cuales sirvieron en las acciones Helmitas en Maztica, han recibido un golpe en la reputación popular. Otras órdenes incluyen una pequeña compañía de sanadores de los campos de batalla conocidos como los Observadores de los caldos; un grupo de dedicados guardaespaldas llamado los Caballeros siempre atentos que pueden ser contratados en los templos helmitas para obtener beneficios. También hay una orden de paladines llamada los Ojos vigilantes del dios.

Ordenes Afiliadas: Estas son las órdenes más conocidas en Faerûn que están afiliadas al clero del Vigilante. Un oaladín no está obligado a haber pertenecido a esta, pero puede haberlo hecho en su trasfondo.

Ojos Vigilantes del Dios (Paladines, AL LB) Los paladines del vigilante prefieren proteger contra el mal o acabar con él directamente en lugar de esforzarse en curar los daños que provoca. Parecen rígidos y poco interesados en ayudar a los demás.