“¿Qué es un Arpista? Una buena pregunta, ya lo creo. Y como todas las buenas preguntas, tiene un montón de respuestas correctas. Tantas, de hecho, como Arpistas hay. Y si esta es una observación demasiado imprecisa para tus gustos, entonces tienes mis condolencias. Una mente tan estrecha como la tuya sólo puede encontrar en la vida una pequeña, triste jaula.”

Tanthlin Starshann, Bardo de Berdusk

Aquellos que Tocan el Arpa creen en el poder de los individuos, el equilibrio entre la naturaleza y la civilización y en la bondad inherente de la raza humana y sus aliados. Conservan los relatos del pasado para que otros puedan recordar sus lecciones al enfrentarse al presente.

Poderosos individuos como Elminster, Alustriel Silverhand, Dove Falconhand y Storm Silverhand apoyan esta organización.

La naturaleza desorganizada y secreta de la sociedad de Aquellos que Tocan el Arpa hacen difícil definir qué es un Arpista (y, en ocasiones, quién es y quién no Arpista), y qué hacen o dejan de hacer los Arpistas. Es normal para un Arpista trabajar con el engaño, crear capas y capas de confusión y andar siempre en cuestiones que no parecen lo que son. Teniendo en cuenta estas afirmaciones, entonces ¿qué son exactamente los Arpistas?

Los Arpistas suelen operar en secreto, solos o en pequeños grupos, viajando por todo el Norte y las Tierras Occidentales. Hombres y mujeres humanos de todas las edades y con diversos tipos de habilidades pueden ser Arpistas, así como semielfos, elfos, y un puñado de medianos, enanos y criaturas inteligentes de los bosques. Las tres primeras razas son las más numerosas en las filas Arpistas, y la mayor parte de sus integrantes son bardos ó exploradores. Otras clases cuentan también con una buena representación, como magos, pasando por pícaros o clérigos. Muchos Druidas del Norte de Faerûn, debido a sus votos, son aliados, antes que miembros, pero los clérigos de muchas fes (especialmente Azuth, Deneir, Eldath, Lliira, Milil Mielikki, Mystra, Oghma, Selune, Silvanus, Shaundakul, Tymora y las deidades élficas) portan el arpa plateada orgullosamente. Todos poseen cierta habilidad para manipular a los demás, resistencia a la influencia mental externa, agudas habilidades de percepción y talento para resolver problemas.

Los Arpistas suelen ser individualistas y desorganizados, pero confían plenamente en sus camaradas.

La misteriosa, elusiva, y muy complicada de definir cualidad principal de los Arpistas es su falta de organización. Entre sus filas hay mucho “lobo solitario”. Esta es también su fortaleza, la flexibilidad que les permite disgregarse antes de que un enemigo los reduzca a la nada.

Cuando se le preguntó qué es lo que hace que los Arpistas sean diferetes a otras sociedades secretas en los Reinos, Elminster contestó que los Arpistas eran los únicos realmente preocupados en los efectos de sus acciones sobre otros.

“Trabajar para el bien y mantener la balanza a menudo son cuestiones de pequeños matices. Si deseas dar forma a un arbusto debes podarlo delicadamente, no cortarlo con una guadaña.”

Danilo Thann, hablando con el Maestro Arpista Bran Skorslun justo antes de que le fuera ofrecido el medallón Arpista, Año de las Doncellas.

Los Arpistas han sido llamados a menudo “los entrometidos de los Reinos” así como “idealistas hasta el punto de rozar lo lunático”.

Los Arpistas difunden rumores, ayudan al pueblo llano a pequeña escala, frustran los planes de los villanos e intentan manipular los asuntos de las razas civilizadas para mantener a los Reinos en equilibrio y asegurar, en general, la paz a través de todo Faerûn.

Además de estos Arpistas ‘activos’, gran cantidad de personas hacen las veces de espía para ellos, les dan cobijo cuando hay problemas, vigilan por si aparecen enemigos o informan de los sucesos inusuales.

Muchos Arpistas son bardos o exploradores debido a lo versátil de sus clases y a su relación con el equilibrio entre naturaleza y civilización.

Los Arpistas suelen ayudar en secreto a los aventureros y otros grupos que promuevan buenas causas, ya sea indicándoles dónde hay un posadero amigo en una villa hostil, un clérigo itinerante que aparezca justo cuando el grupo esté herido o un ataque por sorpresa contra un enemigo común.

No existe código como tal, pero si una serie de lemas que, a grandes rasgos, vienen a definir la ideología Arpista.

  • "Los Arpistas trabajan contra la villanía y la maldad allá dónde la encuentran – pero sin olvidar nunca las consecuencias de sus actos” Esta consigna siempre se recita durante el ritual de ordenamiento de un Arpista; en respuesta, el iniciado jura “No haré otra cosa”. Entonces se le pregunta “¿Por qué trabajan y en qué creen los Arpistas?. La respuesta correcta es el siguiente lema:
  • "Todos los seres deberían caminar libres de miedo, con el derecho de vivir sus vidas según su voluntad” Esta es la creencia más firme de los Arpistas, que cada individuo tiene el derecho a forjar su propio camino en la vida. La guerra y el enfrentamiento abierto acaban con la libertad al instante, y deben ser evitados siempre en la medida de lo posible. Con esto en mente, tiranos, esclavistas y opresores de todas las clases han de ser controlados, destruidos, debilitados o transformados de tal modo que no puedan afectar las libertades de los demás.
  • “El gobierno de la ley ayuda a la paz y asegura la libertad, siempre que las leyes sean justas y aquellos que las promulgan, tolerantes y compasivos” En otras palabras, los Arpistas no son anarquistas.Trabajan contra los gobernantes y sus administraciones sólo para hacer las leyes justas y compasivas- a menudo difundiendo rumores o verdades a los oídos correctos, ayudando a los soldados y diplomáticos honestos, o engatusando a otros para que hagan cosas correctas por motivos equivocados.
  • “Ningún extremo es bueno. Para que la libertad florezca, todo debe de estar en equilibrio: los poderes de los Reinos, los límites de las ciudades y de las zonas salvajes y la influencia de unos sobre otros.” Los Arpistas prefieren mantener gobernantes no demasiado poderosos. Los Arpistas trabajan en establecer puntos de control y balance dentro de los gobiernos de cualquier reino, apoyando a los nobles que se mantienen en oposición con los reyes que desean arrasar con las tradiciones, las leyes y los derechos de la gente en nombre de sus propias ambiciones.Los Arpistas ayudan a mantener el equilibrio entre la civilización y la vida salvaje dónde sea posible. Impulsan la cultura y la civilización pero muestra respeto por la naturaleza. No tanto deteniendo agresivamente avances como la creación de granjas, la limpieza de claros o la expansión urbana sino replantando de árboles zonas desiertas ó plantando setos y tocones dentro de comunidades en expansión. Muchos Arpistas son jardineros de un modo u otro, incluso cuando sólo tienen un puñado de plantas en lo alto de una torre en medio de una ciudad, o un huerto que cultivan una o dos veces por temporada. El ideal de los Arpistas lo representa Myth Drannor, ejemplo de convivencia pacífica entre civilizaciones, progresista, pero con gran respeto hacia la naturaleza.
  • “Aquello que tenga que hacer, el Arpista lo hará. El orgullo nunca gobierna los actos de un auténtico Arpista”. Se sabe que los Arpistas han sido capaces de descuartizar y quemar los cuerpos de aquellos seres amados (sólo por no dejar pruebas), de hundirse en las entrañas de pestilentes letrinas, de automutilarse, de adoptar humillantes papeles como esclavos, sirvientes e incluso de utilizar medios mágicos para envejecer, cambiar de sexo o alterar sus habilidades (sin garantía de que el cambio pudiera ser reversible), y todo ello por la Causa Arpista. Estos sacrificios se ven compensados por la siguiente máxima Arpista.
  • “Los Arpistas pueden gozar de menos libertad de la que tienen aquellos que juran proteger, pero incluso un Arpista debe ser libre” En otros términos, los Arpistas pueden perseguir sus propios intereses y superar los obstáculos a su manera y según sus propios métodos, siempre que su comportamiento no ponga en peligro a otros. Los Arpistas no portan uniforme, no siguen estúpidas formalidades o conceden rangos o son exigentes con los rituales. Pueden vestir y hablar como les dé la gana. Existe una fuerte tradición de que los Arpistas más jóvenes pongan en tela de juicio los modos de actuar de los más veteranos, por ejemplo.
  • “Los Arpistas se controlan unos a otros por su cuenta. Un Arpista que sienta la llamada de la ambición no podrá escuchar de nuevo el dulce sonido del Arpa. Un Arpista que acumule poder e intente gobernar sobre todos los demás, es un traidor al Arpa. Los Traidores deben morir, por la libertad de vivir” Es una advertencia que los Arpistas matan a los traidores en su camino. También castigan a aquellos que pervierten los ideales Arpistas (pero no a los que simplemente fracasan, o renuncian debido a alguna debilidad, cambio ideológico o sienten la llamada de otras prioridades, como un noble que hereda un trono, un mercante que es elegido maestro de la cofradía o un sacerdote que es llamado a ejercer funciones del alto clero).
  • “Sin un pasado, nadie puede apreciar lo que tiene, y hacia dónde irá” Los Arpistas almacenan las historias de aquellos que ya se han ido, normalmente proporcionando a los Heraldos crónicas escritas. Anotan las fechas, las acciones y los acontecimientos, importantes personajes históricos y sus ideas o pensamientos. También recogen y preservan leyendas, chistes, cuentos populares, baladas, obras escritas e incluso las difunden a través de sus viajes por toda Faerûn. Para un Arpista, la información y el saber escrito son tan valiosos como una rara gema de poder arcano. Destruir el conocimiento está considerado un crimen.
“Es mi deber como Arpista morir si es necesario en la tarea de proteger a otros.”

– Reisz Roudabush, Arpista, a Krystin, su camarada, poco antes de morir en Servicio Arpista, Año de la Serpiente

Más allá de las directrices vitales del Código, los Arpistas han aprobado muchas formas diferentes de hacer las cosas. No hay reglas escritas más allá de que hayan aceptado un estilo de vida muy concreto, y éste además cambia según la organización local. Algunas de estas líneas maestras son las que trataremos a continuación:

  • Los Arpistas que poseen insignias arpistas las portan consigo a menos que se encuentren en una situación en la que su descubrimiento pudiera poner en riesgo una misión. Los Arpistas portan abiertamente sus insignias con el fin de ser reconocidos por otros Arpistas, o en reuniones arpistas (es muy difícil reconocer el emblema fuera de la organización)
  • Los Arpistas nunca se rinden; siempre andan trabajando en misiones inacabadas, por mucho tiempo que haya pasado.
  • Los Arpistas se ayudan entre sí sin vacilación o sin pensar en las pérdidas personales.
  • Los Arpistas no ocultan sus propias debilidades o desventajas a otros Arpistas.
  • Los Arpistas jamás paran de escuchar o de mirar, no importa cómo estén de cansados, heridos, o afectados por la magia o el vino.
  • Los Arpistas no respetan el rango o el poder; los Arpistas respetan la sabiduría y el buen temperamento. Los Arpistas nunca discriminan según la raza o el sexo, pero siempre tienen cuidado con las creencias religiosas de los seres, y cómo de fieles son a ellas. Las creencias más firmes pueden ser peligrosas si la naturaleza de la deidad adorada es opuesta a los ideales Arpistas. Las deidades que apoyan a los Arpistas son fundamentalmente Azuth, Deneir, Eldath, Lliira, Mielikki, Milil, Mystra, Oghma, Selune, Silvanus, Tymora, Shondakul y el panteón élfico.
  • Los Arpistas siempre hacen lo inesperado. Rara vez establecen una rutina que pueda invitar a ataques sorpresa o anticipación a sus actividades.

El peso acumulativo de consignas y hábitos listados aquí pudiera parece pesado, restrictivo y limitado pero en la práctica, no lo es. No son más que una colección de lemas y recomendaciones para representar su estilo de viva, una manera de hacer las cosas que rara vez requiere demasiado debate interior moral; la mayor parte de los Arpistas se preocupan sobre la práctica, no sobre la teoría. Los engaños e intrigas que traman para conseguir sus metas pueden ser complejos y sutiles, pero las palabras con las que apoyan sus creencias son francas y directas.

A los Arpistas se les oponen las organizaciones malignas como el Culto del Dragón, el Trono de Hierro, los Magos Rojos, los Zhentárim, Los Caballeros del Escudo y, especialmente, una renacida iglesia de Bane. Tampoco son bien vistos en sociedades dominadas por las intrigas como puedan ser la amniana o la calishita. Aquellos que fueran identificados por sus enemigos se arriesgan a la tortura y la muerte, de modo que resulta esencial proteger sus identidades de todo aquel que pudiera revelar a quién deben lealtad. A pesar de estos peligros, son personas valientes y se enfrentan a terribles peligros con poco más que sus corazones y sus manos.

En el Norte de la Costa de la Espada, Cormyr y los Valles, la mayoría de los plebeyos ven a los Arpistas como héroes; en Amn, Tethyr y Calimshan, no se les considera mejores que los Zhentárim y otras cábalas siniestras.

Los Arpistas nunca han tenido una presencia muy clara en Amn: El grupo ha sufrido en el pasado numerosos cambios internos y conflictos, sin jamás lograr ser una fuerza estable y sólida que asentara sus cimientos entre la telaraña política de Amn. La política de anonimato ha perjudicado más que beneficiado a los intereses del grupo, pues no tienen enemigos claros en la región (los zhentarim operan demasiado al norte y los Magos Rojos de Thay están ocupados con Rashemen) que conozcan a fondo sus intenciones y formas de actuar.

A pesar de que no rechazan un buen chiste o una buena juerga, los Arpistas suelen ser muy reservados con respecto a sus emociones o vida privada.

Todos los casos se analizarán individualmente. Sin embargo, existen unas coordenadas genéricas que determinan el perfil de nuestro candidato ideal y que probablemente lleven al voto positivo de una candidatura:

  • No podrán aspirar a conseguir entrar en esta agrupación aquellos que muestren una actitud contraria a los ideales del grupo ni los que cuya conducta pudiese comprometer su buen funcionamiento. Por manual, el alineamiento de la sociedad Arpista es Caótico Bueno. Por lo tanto, se favorecerán los alineamientos Caóticos por encima de los Legales, y los Malignos no tendrán cabida. Un Arpista miente y manipula para lograr un bien común. Si con estas acciones estás perjudicando la trayectoria y coherencia interna de tu PJ, quizás esta no sea tu facción. Saldríamos perdiendo todos.
  • Se favorecerán los PJs cuya deidad patrona sea una de las siguientes: Azuth, Deneir, Eldath, Lliira, Mielikki, Milil, Mystra, Oghma, Selune, Silvanus, Shondakul, Tymora y las deidades élficas. La deidad no será determinante, pero sí indicativa de una orientación ideológica arpista.
  • Es recomendable que los PJs posean algún Rango en las siguientes habilidades: Averiguar Intenciones, Diplomacia, Disfrazarse, Saber (Local), Engañar, Reunir Información y Supervivencia. Es un requisito deseable pero no obligatorio, entendemos que hay clases que no disponen de tantos puntos de habilidad o les es más costoso conseguirlos. No hay que olvidar que las clases predilectas de los Arpistas son Bardo y Explorador. La captación de nuevos jugadores no dependerá de tener o no dichas habilidades, pero si, en gran parte, de que estos roleen con coherencia el tenerlas o no. Del mismo modo, se valorará positivamente los jugadores que hayan invertido puntos de habilidad en las mismas. Buscamos, ante todo, PJs polivalentes y con recursos. No estamos interesados en la ficha potente, sino en el PJ bien construido, discreto y sutil.
  • No se exigen niveles en la Clase de Prestigio Agente Custodio para operar como tal.